Independientemente de la causa del divorcio, la duración del matrimonio o la presencia de hijos, el divorcio, por la intensidad de las emociones que genera, es comparable a la experiencia de la muerte de un ser querido.
Esto permite analizar el proceso de ruptura matrimonial desde el modelo de duelo. El divorcio siempre está acompañado de emociones difíciles: dolor, decepción, el colapso de las esperanzas, la pérdida de la estabilidad y seguridad. Tanto para quien toma la iniciativa como para quien debe afrontarlo sin haberlo elegido, el divorcio es un proceso complejo y doloroso.
El divorcio no es un evento aislado, sino un proceso que atraviesa distintas etapas.
Se pueden identificar tres fases principales:
La fase previa al divorcio, la fase de formalización legal y la fase posterior al divorcio. En muchas ocasiones, este proceso puede durar años.
Antes incluso de que los papeles se firmen, la persona suele atravesar casi todas las etapas del duelo, excepto la final: shock, negación, negociación, ira y depresión, repitiéndolas en ciclos hasta llegar a la aceptación.
Existe también un modelo dialéctico del divorcio, que incluye siete etapas y los métodos terapéuticos correspondientes para ayudar a quienes lo atraviesan:
Divorcio emocional, periodo de reflexión y desesperación antes del divorcio, divorcio legal, divorcio económico, autoexploración, restablecimiento del equilibrio después del divorcio y divorcio psicológico.
El divorcio es un evento traumático que afecta todas las áreas de la vida. Durante este proceso, la persona experimenta una montaña rusa de emociones y sentimientos difíciles: baja autoestima, desconfianza, culpa, miedo a no poder rehacer su vida o encontrar a alguien nuevo. Es común sentir vacío y desvalorización personal.
El punto álgido de estas emociones suele presentarse en la fase de depresión, en la que es especialmente importante contar con la ayuda profesional de un psicólogo. Además, pueden surgir trastornos de estrés agudo que afecten la salud, causando problemas de sueño, apetito, ansiedad intensa y explosiones emocionales.
Lamentablemente, en nuestra cultura hay poca estructura de apoyo para quienes atraviesan un divorcio, y cada persona enfrenta la situación como puede. Algunos recurren al alcohol, otros se sumergen en la promiscuidad, algunos se aíslan en una profunda depresión y otros intentan iniciar nuevas relaciones de inmediato, repitiendo los mismos errores.
Considero que la posibilidad de establecer relaciones nuevas y satisfactorias después de un divorcio depende en gran medida de la capacidad de la persona para asimilar y procesar completamente la experiencia del matrimonio anterior.
Generalmente, trabajo en formato online, en sesiones individuales, puntuales o en procesos terapéuticos más largos.
En la mayoría de los casos, recomiendo la terapia de largo plazo porque:
• Permite sumergirse en las emociones, analizarlas y aceptarlas, ayudando a transitar el duelo de manera más armoniosa.
• A lo largo de la terapia, puedo adaptar los métodos y enfoques a las necesidades y estados emocionales específicos del cliente, haciendo el proceso más efectivo.
• Ayuda a fortalecer la autoestima y la confianza, permitiendo redefinir el propio valor fuera del matrimonio o la relación.
• Facilita el desarrollo de habilidades de comunicación efectiva, necesarias para establecer límites saludables, expresar necesidades y construir relaciones más sanas en el futuro.
• Brinda apoyo y recursos para tomar decisiones importantes relacionadas con la división de bienes, la relación con la expareja, la crianza de los hijos y otros aspectos de la vida post-divorcio.
• Permite reevaluar valores, prioridades y metas, ayudando a encontrar un nuevo sentido y dirección en la vida después del divorcio o la ruptura.
El divorcio es una prueba difícil que afecta todas las áreas de la vida, pero se puede superar y salir de este proceso siendo una persona renovada.
Si sientes dolor, pérdida de estabilidad, decepción o miedo al futuro, no lo enfrentes en soledad. El acompañamiento psicológico puede ayudarte a:
— Comprender y aceptar tus emociones.
— Recuperar tu confianza en ti mismo/a.
— Evitar repetir los mismos errores en futuras relaciones.
— Encontrar un nuevo propósito y equilibrio en tu vida.
Estoy aquí para apoyarte en este camino. Juntos, atravesaremos este difícil proceso para que puedas recuperar tu bienestar y comenzar un nuevo capítulo en tu vida.